sábado, 15 de noviembre de 2008


A veces nos vemos de bruces en el suelo, frente a nuestra reflexividad irrefutable e irrenunciable que nos juega malas pasadas. "es fácil caer en la tentación de pensar ¿por qué no somos un poco más tontos?". Y es que cada día que pasa me convenso más que todas esas cosas guardadas dentro de mi, estuvieron siempre presentes, y no tan guardadas como suponía...


"es fácil caer en la tentación de decir ésta no soy yo",


pero a la vez sigue siendo tan dificil hacerse tonta a uno misma...

nos encontramos escribiendo en nuevos blogs escondidos que reemplazan a los ya borrados, nuevas páginas que prometen guardar con fiel celo aquellas promesas confesadas en su manto.


es que ahora que pienso en ti, ya no te vuelves tan tenue,

es que ahora que pienso en ti, ya no eres tan perfecta como parecías dentro de tu imperfección Ya no me tocan tus lágrimas y ya no me conmueve tu risa...

pero sigo perdiéndome en tus ojos que me parecen infinitos... infinitos de locura desvordante que emerge cada vez que no tengo planeado verte

tus recuerdos, y las confesiones que contigo se van,

me vuelven un poco border,

un poco histriónica

y cada vez más, comprueban que esa que estaba dentro mio, sí era yo,


sólo que ahora se desenvuelven nuevas ilusiones ópticas que me muestran nuevos colores que se entelazan con el pasado difuso de la confusión y la negación.



Tengo miedo


¿a qué es lo que realmente le temo?


le temo a un futuro cercano siendo feliz con algo, que hasta el momento me es desconocido,

le temo a la respuesta de los leones y gigantes que se sumergen en las láminas 3 y 5 de esos dibujos ya olvidados.


le temo al miedo que provoca cada instante que me vuelvo más distinta,

le temo a ser más distinta de lo que ya estaba acostumbrada a ser.

Le temo a caer en la tentación de vivir erscondida,

y le temo también a que mis propias palabras me traguen en el intento de superar lo insuperable, eso que no se puede cambiar.


le temo a mis propias palabras que instaban a la elección de vivir una vida plena.


Se me hacen transparentes las palabras de una niña inocente que me dijo que ayudábamos a otros para ayudarnos a nosotros mismos.


Le temo a ese imborrable recuerdo que ya casi no existe de "los matices olvidados"... le temo a esos matices olvidados en la sombra del recuerdo,


le temo a no poder retroceder,

le temo al arrepentimiento,

a lo resplandeciente de una realidad lejana que cada vez se hace más cecana.


Finalmente, a lo que más temo, es a mi inquebrantable necesidad de coherencia,


a esa necesidad de hacer que todo calce en una unión que muchas veces cuesta juntar sólo con hilos de recuerdos y con la explicación de la reflexibidad repasada en racionalizaciones vanas.

le temo a lo inquebrantable del pasado,

le temo a las palabras de quién prometí olvidar para no dañar nunca más...


temo que esas palabras que un día parecieron ofensivas.... cada día se vuelven más reales











¡¡encantadora realidad confusa!!

1 comentarios:

Anónimo dijo...

en mi ignorancia creo entender.-